El Arte Sículo-Normando
ebook ∣ La cultura islámica en la Sicilia medieval
By Nicola Giuliano Leone

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Conquistada por los aglabíes en el año 827 y en manos fatimíes desde 948, la conquista normanda expulsó finalmente a los musulmanes de la isla en 1061. Organizada administrativamente en tres “valles” (Val di Mazara, Val di Noto y Val Demone), la Sicilia islámica, recuperando algunos cánones bizantinos a veces impregnados de reminiscencias de la Antigüedad tardía, dejó numerosos edificios religiosos y civiles y una artesanía realmente imaginativa. Los monarcas normandos, a su vez, supieron incorporar de manera original y patente las aportaciones del arte islámico. Multitud de monumentos atribuidos a los reinados de Ruggero I y Guglielmo II aprovecharon esta sabia simbiosis. No es fácil describir la exuberancia de los jardines, el refinamiento de los mármoles y mosaicos, la magnificencia, en suma, de los palacios y mansiones de recreo donde los reyes normandos vivían como auténticos emires. Junto con la circundante Cuenca de Oro (la formada por los Montes de Palermo), la capital convirtió en punto de partida de la difusión de la cultura islámica en la isla. Con sus iglesias y palacios, Palermo puede servir de inmejorable introducción a todos los estilos islámicos de la época. La torre (burj) Alfaina, los palacios de Maredolce y Uscibene y, sobre todo, los pabellones de la Zisa y la Cuba dan fe de la admiración de los soberanos normandos por los maestros constructores precedentes. En la provincia de Agrigento, burjs y ribats (rábidas), así como el tejido urbano de muchos pueblos, recuerdan la época musulmana. En la costa norte y en la región montañosa de los Nebrodi (Vicari, Altavila Milicia, Caccamo, Campofelice di Roccella, Cefalù), las ruinas de fortalezas y castillos son una prueba más de esta relación única. La síntesis árabo-normanda muestra una poderosa originalidad fruto de tres siglos (del XII al XIV) de acertada asimilación de motivos, tipologías, técnicas y estructuras.